No soy
una loca que hace fotos de todo. Tampoco llevo siempre dos cámaras en el bolso.
¿Para
qué sirve tener cientos de fotos, o miles, si casi todas las has olvidado hace
tiempo? Cuando hago una fotografía, buena o mala, debe ser importante para mí.
Si no es así, ¿cómo podrá transmitir sensaciones a otras personas?
Cuando
voy por la calle, o entro en un edificio, observo atentamente a mi alrededor.
No busco nada, solo observo. Y tengo en la cabeza el marco vacío de un cuadro.
Solo algunas veces consigo “ver la foto”. Y entonces la hago.
Hacer
fotos es como poner un marco a un trocito de la realidad.
Cuando llegamos a un cruce Jake detuvo el coche para comprobar qué dirección debíamos seguir. Yo miré por la ventanilla de mi asiento y observé la acera de la calle vacía. Entonces vi la foto. Saqué rápidamente una cámara de mi bolso y disparé a través del cristal.
Cuando llegamos a un cruce Jake detuvo el coche para comprobar qué dirección debíamos seguir. Yo miré por la ventanilla de mi asiento y observé la acera de la calle vacía. Entonces vi la foto. Saqué rápidamente una cámara de mi bolso y disparé a través del cristal.
Miércoles,
18 de febrero de 2015